Fotografía No Propia
Cada vez que miro estas fotografía, puedo ver la perturbada alma de Kubrick tras las lentes que yacen bajo sus canosas cejas.
Hoy en día creo que no cabe duda; Kubrick es un gigante del cine (como dijo literalmente el propio Orson Wells en una ocasión) que se ha ido revalorizando con el tiempo. Sus obras siempre han dividido a la crítica, pues son muchos los que lo han tachado de pedante y sobrevalorado. Esto último puedo entenderlo perfectamente; Kubrick no es el 'mejor director de la historia', como dicen muchos 'fanboys' que sólo han visto 'La Naranja Mecánica' y piensan que es una obra maestra (y digo con esto con toda la fascinación y el respeto que siento ante tal maestro) solo porque el protagonista mata a una señora con un falo gigante de cerámica. Ni hay un mejor director, ni a Kubrick le hubiese gustado que le atribuyesen ese rango, ni su cine debería verse erróneamente ahogado por el potencial visual de sus películas. Lo considero personalmente un artista único e irrepetible al que personalmente admiro y sitúo en mi Olimpo cinematográfico personal; pero hay que ser crítico, pues no basta con soltar elogios al aire.
Kubrick es un topicazo del cine, como lo son películas suyas como 'La Naranja mecánica' o 'El Resplandor'. Y es poco original hacer un trabajo sobre él, pero a nivel personal, es un autor que valoro mucho, así que no me queda más remedio que unirme a los cientos de alumnos que habrán escrito sobre él y que creo que me toca caer en lo reiterativo. Pero ojo; me gustaría señalar que mi objetivo aquí va más allá de analizar la vida y obra del director, pues ya se han escrito ríos de tinta sobre este excéntrico personaje, así que intentaré tomar un tono un poco subjetivo para transmitir mi propia opinión y conclusiones bajo mi condición de humilde cinéfilo.
Alejandro Pérez García
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