Christopher Nolan es un director que con más bien pocos trabajos ha logrado generar alrededor de su nombre un estatus de los que disparan las envidias, y con "Origen" no ha hecho más que demostrar una vez más que es capaz de hacer grandes trabajos.
No es “Origen” una película fácil. Es más, resulta una película confusa y difícil de seguir. Una película que necesita ser vista una y otra vez para entender un complejo argumento donde se transgreden muchas de las normas del lenguaje cinematográfico. No obstante es un fascinante ejercicio de fantasías paralelas donde se reflexiona sobre la identidad, la mentira y sobretodo sobre la complejidad de la mente humana. La historia, en principio, parece básica aunque el director (apoyado en un no siempre acertado guión) intenta agarrar un caballo en momentos desbocado y en otros momentos demasiado lento pero que logra llevarlo hasta la meta y hacerlo ganador.
Y sin embargo, nada de ello le valió a Nolan para obtener por fin su ansiada nominación a los Óscar como mejor director. Esperemos que, al menos, se lleve el de guión original. Pero que tampoco le preocupe: Nolan no es un director de premios. Es innovador, técnico y gran narrador, y con eso es más que suficiente.
A pesar de que puede ser tediosa, aburrida, en momentos interesante, sorprendente o hasta divertida, es una película que tiene que ser analizada poco a apoco para tener la mejor percepción de la misma y poder entrar a ese nicho de mercado a la que tal vez va dirigida y algunos no entramos. Bueno y digo esto porque algunos de mis compañeros vi que estaban muy atentos, les gusto y no tuvieron algún comentario negativo hacia la película.
Para acabar debo mencionar el espectacular final en el que se nos plantea la gran pregunta filosófica y existencial de la película.
Conor A. Bryan
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